AMSTERDAM (7 - 9 marzo)

AMSTERDAM (Holanda)

Temprano en la mañana del viernes 7 de marzo, en la Estación de trenes de Stuttgart, abordamos el tren con destino a Ámsterdam. El viaje duró cerca de 8 horas y llegamos a eso de las 4 de la tarde a la capital de Holanda. Nos fuimos viendo películas en el Notebook que conectamos en unos de los enchufes del tren – Si, en Europa la mayoría de los trenes tienen enchufes-  mientras  también tomábamos cervezas y comíamos galletas que habíamos comprado antes, en un supermercado de Stuttgart.

Teníamos previamente acordado quedarnos en el departamento de una estudiante de Antropología llamada Zerline. Ella nos había enviado una invitación mediante Couchsurfing, la cual aceptamos de inmediato.
AMSTERDAM!!!
Zerline nos fue a buscar a la estación más cercana de su departamento, y caminando, nos fuimos hacia su hogar. Ella vive en un departamento de estudiante, construido dentro de un container, un tanto pequeño, y que queda ubicado cerca de la cárcel de máxima seguridad de Ámsterdam,  a unos 12 metros de distancia para ser más preciso.  Luego de conocernos, charlar e invitarnos un rico té, nos propuso recorrer el centro antes que se hiciera de noche, ella nos acompañaría.

A la izquierda los departamentos de estudiantes y a la derecha la cárcel de Amsterdam.
Sillón y cama inflable donde dormimos.
Bekki y Zerline a la orilla del río.
Nos fuimos en metro hacia el centro de la ciudad. El viaje duró cerca de 10 minutos y lo primero que me  llamó la atención fue la presencia excesiva de ciclistas. Incluso en algunas ocasiones estuvimos a punto de ser atropellados por ellos. Son muchos, vienen desde todas direcciones y al parecer siempre tienen la preferencia.

Metro de Àmsterdan donde estás obligado a comprar el ticket.
Zerline nos guió por los lugares más reconocidos de la ciudad. La arquitectura de sus casas, los múltiples canales que cruzan sus calles, su gente y sus bicicletas  te daban a entender que estabas caminando por una de las ciudades más lindas del mundo.

Centro comercial.
Uno de los tantos  canales.
Televisión Holandesa transmitiendo en vivo.
El paseo terminó con la ida al famoso “Barrio Rojo” de Ámsterdam. Realmente es tal como me lo imaginaba; calles estrechas, puentes, canales, gente borracha, dildos, películas pornos, sex shop, bares y obviamente muchas prostitutas. Éstas ofrecen sus servicios detrás de una especie de vitrina llevando ropa interior muy ajustada dejando muy poco a la imaginación.

Como ya empezábamos  a tener hambre, fuimos a una pizzería. Mientras esperábamos nuestro pedido, un hombre entró con dos señoritas y dijo: "Dos pizzas de peperoni, por favor". El muchacho que atendía le pregunto : "¿Familiares?",  a lo que el hombre respondió :" No, son dos putas de la calle que tienen hambre". Mientras todo esto pasaba, nosotros ya recibíamos nuestras pizzas, las cuales estaban exquisitas. Luego de comerlas, seguimos nuestro paseo.

Prostitutas.
Tienda de Condones.
Más prostitutas...
...y más prostitutas...
Todo ese recorrido lo hicimos respirando el estúpido y sensual aroma de la marihuana que emanaba de los bares que vendían esta hierba de propiedades medicinales. La gente fumando libremente en las  calles o dentro de los bares, tiendan especializadas en pipas  y hasta un museos dedicado a la marihuana,  te hacían evidenciar a cada instante  la legalidad que existe en este país para comercializar y consumir la Cannabis Sativa.

Tienda donde compras y fumas marihuana.
Lo paradójico quizás es que, en estas calles tu puedes legalmente solicitar los servicios de las prostitutas, comprar marihuana, fumarla donde quieras,  pero sin embargo no puedes ingerir ni una gota de alcohol en la vía pública. En Holanda, Inglaterra o Francia el tomar alcohol en la calle es penado por la ley. Mientras que en países como Alemania o Italia, esta práctica está absolutamente permitida.

Fue un recorrido genial, pero el cansancio pronto se hizo notar, por lo que luego de tomar una cerveza y fumar algo de hierba holandesa regresamos al departamento para descansar, el día había terminado.
Buen bar para tomar cerveza.
En nuestro segundo día, decidimos ir al centro caminando desde el departamento  para aprovechar la mañana soleada que nos regalaba  Ámsterdam. Seguimos el camino a un costado del río principal de la ciudad y luego de una hora de caminata ya estábamos en el centro nuevamente. Recorrimos sus canales, visitamos la casa de Anne Frank y, al igual que el día anterior, nos fuimos a tomar unas cervezas a un pub en el Barrio Rojo.

Molinos.
Casa de Anne Frank.
Museo del Erotismo.
Luego de un par de cervezas, fuimos a la orilla del río, nos sentamos allí, y procedimos a fumarnos la última parte de hierba que habíamos comprado el día anterior. Fue un momento mágico; noche estrellada, luna llena,  fumando marihuana en el barrio rojo, frente al río y comiendo pan con queso, un queso medio añejo que traíamos desde Alemania, pero rico.

Frente a un canal de noche.
Camino al departamento.
Luna llena.
A las 11 de la noche decidimos volver caminando al depto. La caminata duró cerca de una hora y media ya que nos fuimos disfrutando el paisaje nocturno. Llegamos muy cansados pero muy felices. Habíamos cumplido un sueño, conocer Ámsterdam una ciudad realmente hermosa a la cual tenemos que regresar algún día.

Temprano en la mañana del día siguiente, teníamos que partir rumbo a Hoek van Holland –ciudad puerto de Holanda- donde tomaríamos un barco con destino  hacia Harwich, que es el puerto más cercano a Londres. Si, Londres nos esperaba…



Algunos datos:

- Ticket en tren desde Stuttgart hacia Amsterdam= 77 euros
- 1 gramos de Marihuana= 15 euros
- Un vaso de cerveza= 3 euros
- 1 Ticket en metro= 4 euros

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